4 formas de pelar tomates: consejos que definitivamente utilizarás al procesar tomates de verano
Probablemente esté familiarizado con pelar tomates después de un breve escaldado. Es la forma más eficaz de quitar la piel a los tomates. Pero también existen otras posibilidades.
Si vas a pelar tomates para hacer salsa, salsa o sopa, lo estás haciendo bien. Las cáscaras no se hierven ni se mezclan y no son precisamente una sorpresa agradable en el producto final.
A continuación te damos cuatro consejos que puedes utilizar para pelar tomates en función de su cantidad, madurez y consistencia.
1) Cuchillo o raspador
Al parecer, la forma más sencilla de pelar un tomate es con un cuchillo o un pelador de verduras. Se puede hacer, pero requiere paciencia, maña y tomates más firmes.
Definitivamente no recomendamos este método si vas a pelar una gran cantidad de tomates. Podría llevarte bastante tiempo y toda la alegría de preparar salsa de tomate casera desaparecería rápidamente.
Pero, si quieres, por ejemplo, añadir un tomate a la base de una salsa o sopa, un cuchillo o un pelador son una buena solución.
2) Tomates blanqueados
La forma más famosa de pelar tomates. Tres pasos:
1) Cortar los tomates en forma transversal por la parte inferior:
2) Ponlos en agua hirviendo durante un minuto:
3) Dejar enfriar (en agua fría) y pelar sin demasiados problemas:
Versión acelerada: También puedes verter agua hirviendo sobre los tomates en un bol. El mismo efecto sin calentar el agua de la olla.
3) Tomates al horno
Al igual que los pimientos, puedes pelar los tomates fácilmente si los horneas previamente en el horno. Simplemente extiéndelas en una bandeja de horno, espolvoréalas con un poco de agua, mételas al horno a 220°C durante unos 20 minutos, déjalas enfriar y quítales la piel con cuidado.
4) Rejilla
El último consejo sobre cómo pelar tomates puede que te sorprenda. Es apto para tomates maduros y más blandos, solo toma un momento y sólo necesitarás un rallador.
Puedes quitar la piel fácilmente a los tomates más blandos si los rallas con un rallador de lágrima clásico. Ralla poco a poco y el 90% de la piel quedará entre tus dedos, mientras que la pulpa caerá al bol. ¡Tan simple como una bofetada!
Si prefiere los tomates frescos, seguramente agradecerá consejos sobre cómo conservarlos frescos el mayor tiempo posible: