Cocina

Albóndigas indias: Están hechas de verduras dietéticas, para que puedas comer tantas como quieras

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La alcachofa de Jerusalén es ahora un tubérculo casi olvidado que también se conoce como alcachofa de Jerusalén. Sin embargo, procede de América del Norte, donde es muy valorada para el consumo humano y para la ganadería. La alcachofa de Jerusalén parece básicamente una patata más esférica y dura.

Pero existen muchas diferencias entre la patata y esta verdura olvidada. Una es que la alcachofa de Jerusalén contiene mucho menos almidón y, por lo tanto, ha dejado de cultivarse e importarse en grandes cantidades para dar paso a más vegetales con almidón.

Fuente: Youtube

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La alcachofa de Jerusalén no sólo contiene menos almidón que la patata, sino que también tiene un sabor diferente. Tiene un sabor ligeramente a nuez y dulce. Y también tiene efectos curativos específicos. Una de ellas es, por ejemplo, que contiene inulina en lugar de almidón, lo que es apto para diabéticos, ya que reduce los niveles de azúcar en sangre. También favorece un intestino sano y el crecimiento de bacterias beneficiosas en el cuerpo.

Además de la inulina, la alcachofa de Jerusalén también contiene vitaminas, especialmente B y C, que son esenciales para el funcionamiento y el metabolismo del organismo. También puedes encontrar minerales importantes como magnesio, potasio y hierro en la alcachofa de Jerusalén. Es rico en ácidos orgánicos y aminoácidos y fibra.

Gracias a estas sustancias, este tubérculo olvidado ayuda a reducir el riesgo de obesidad, reumatismo y artritis y es adecuado cuando se necesita desintoxicar el organismo.

Alcachofas de Jerusalén

Si no quieres comer albóndigas y buscas un sustituto, hazlas con alcachofa de Jerusalén. Hervirlas en caldo, dejarlas enfriar y luego molerlas en una picadora de carne. Luego mézclelos con gachas de maíz cocidas y agregue ajo molido y chicharrones muy finamente picados. Luego solo sal, pimienta y unge con mantequilla.

Agrega tus especias favoritas y luego dale forma de albóndigas a la masa. Puedes freírlos en aceite o secarlos. Y tu estas listo. Sirve con tu guarnición favorita y disfruta de unas albóndigas saludables que puedes comer tantas veces como quieras.

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Fuentes: www.apetitonline.cz, www.lacucinaitaliana.it

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.