Un horno sucio y quemado puede ser una pesadilla que te prive del placer de cocinar u hornear. Cuando lo miras, la idea de limpiarlo literalmente te aturde. A continuación te dejamos algunos trucos para limpiar fácilmente el horno. Después de estos procedimientos quedará como nuevo.

Limpiar el horno es una tarea que todo el mundo odia. Invertimos en productos de limpieza caros y muchas veces no conseguimos el resultado deseado. Incluso si ya pensamos que la grasa se ha pegado permanentemente y la única salvación es cambiar el horno por uno nuevo, buscamos métodos alternativos para combatir la suciedad seca. Como resulta, Existen trucos que pueden combatir eficazmente la suciedad seca o las quemaduras sin mucho esfuerzo de tu parte.

¿Cómo limpiar el horno fácilmente? Una olla viene al rescate.

Ni siquiera la grasa vieja y seca puede resistirse a este truco. Prepara una olla que puedas meter al horno. Asegúrate de que no tenga piezas de plástico ni pegatinas. También necesitarás vinagre de alcohol y 2 litros de agua. El primer paso es Precalienta el horno a 230 grados. Cuando esté listo, en la olla. Hervir agua y verter en ella 4 cucharadas de vinagre. Luego coloca la olla en el estante más bajo del horno y cierra la puerta. Éste el proceso debería tomar al menos una hora dependiendo de lo sucio que esté el horno. Pasado este tiempo, apaga el horno y espera hasta que se enfríe por completo. El último paso es limpiar la suciedad blanda. con una esponja suave o una toalla de papel.

¿Cómo limpiar la grasa quemada en el horno? Esta pasta elimina eficazmente los residuos quemados.

Durante el horneado, a veces los trozos de comida se pegan a las paredes del horno y crean una suciedad que es casi imposible de limpiar con solo una esponja. El bicarbonato de sodio puede ayudar en esta situación. Simplemente prepare una pasta de bicarbonato de sodio, aplíquela sobre la mancha y en 30 minutos podrá eliminar fácilmente los residuos quemados y las manchas.

Puedes preparar esta pasta confiable mezclando bicarbonato de sodio y agua en una proporción de 3:1. Después de la limpieza, no olvide enjuagar el horno con agua tibia y secarlo con toallas de papel. Este método no daña la superficie del horno, por lo que puedes usarlo según sea necesario.

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Vierte sobre el vaso del horno y espera. Todas las impurezas se disuelven sin frotar.