Se acerca el verano. No es de extrañar que queramos lucir lo más bellas posible, especialmente cuando nos relajamos en la playa o junto al agua. Además de cuidar nuestro cuerpo y nuestra piel, también debemos cuidar nuestros pies. A veces basta con darse un baño cuidadoso.

Los días más cálidos nos obligan a cuidar especialmente nuestros pies. Cuando nos relajamos junto al agua, no sólo las exhibimos con chanclas abiertas, sino también a menudo descalzas. Por eso vale la pena hacer todo lo posible para no preocuparse y avergonzarse por la piel seca o los callos. El mejor y más rápido método de regeneración es remojar los pies.

¿En qué mojar los pies? Un producto es suficiente

Cuando se trata del cuidado diario de los pies, el baño y la limpieza adecuada son sin duda lo más importante. jEs importante cuidar nuestra piel para que no sea propensa a irritaciones o sequedad. Por lo tanto, evite el uso de agua demasiado caliente para lavar y cosméticos químicos e irritantes. Seca siempre bien tus pies después del baño para evitar la formación de hongos.

Si estamos luchando contra la piel muy seca de los talones, conviene utilizar un baño especial con productos naturales al menos una vez a la semana. Simple funciona mejor agua tibia con un poco de sal marina. Basta con añadir medio vaso de sal a dos litros de agua y remover bien hasta que se disuelva. Ponemos los pies en remojo a temperatura tibia y masajeamos suavemente.

Sin embargo, si estamos luchando contra una piel cornificada y con callos realmente descuidados, deberíamos probar métodos que requieran un poco más de tiempo.

Remojar los pies para eliminar los callos. Agréguelo al agua y vea los resultados.

En caso de problemas importantes en los pies, no está de más incluir el remojo en nuestro cuidado habitual. Los baños frecuentes suavizarán la piel y quitar los callos será pan comido que podrás manejar incluso con un rallador fino.. Además de la sal marina, podemos considerar añadir al agua aceites aromáticos, que además suavizarán la piel y nos proporcionarán relajación.

También puede resultar útil remojar los pies en una pequeña cantidad de agua tibia con dos cucharadas de bicarbonato de sodio.. Es un producto universal con muchas aplicaciones útiles. Sin embargo, un baño de este tipo no debería durar mucho. Sólo lleva unos minutos.

Además de los spas, también conviene considerar el peeling natural casero a base de sal de grano grueso y el uso de cosméticos hidratantes. Este tratamiento no sólo devuelve la suavidad a la piel, sino que también previene la formación de nuevos callos mejorando su elasticidad.

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