El aceite de la sartén nunca volverá a salpicar. El truco desde Japón funciona muy bien.
Te has quemado un par de veces con aceite chisporroteante y ahora no tienes ganas de freír nada porque recuerdas muy bien el dolor agudo y la curación desagradable… Sucede. Pero existen trucos para evitar salpicaduras de aceite y freír de forma mucho más segura.
Cuidado con el aceite caliente
El aceite caliente es una de las cosas más peligrosas que puedes encontrar en la cocina. Un momento de distracción es suficiente para provocar quemaduras graves. Puede ser aún más peligroso si hay niños pequeños y torpes en la cocina: las quemaduras son una de las lesiones más comunes y graves para la salud de los niños.
Por eso, en el caso de freír en casa, hay que estar siempre en guardia.
¿Cómo hacer que el aceite salpique menos?
Puede suceder que el aceite caliente salpique. Podría ser aceite de mala calidad o tal vez agua que entra en él o una reacción violenta cuando le pones ingredientes congelados o refrigerados.
Existe un truco sencillo para evitarlo. Todo lo que necesitas son unas cuantas rodajas o manzanas cortadas en cubitos que echas en el aceite antes de que se caliente. El aceite salpicará mucho menos y no tendrás que preocuparte de que una gota te queme.
Las zanahorias cortadas en rodajas o en cubos también te ayudarán de la misma forma.
En su lugar, corte las frutas o verduras en trozos más grandes, para que luego no le resulte difícil distinguirlas del plato terminado y sacarlas sin problemas.
El olor a fritura
Una fruta más te ayudará a la hora de freír. Si añades unas gotas de limón al aceite para freír, el olor de la fritura se extenderá mucho menos al entorno. De este modo podrá deshacerse de la desagradable sensación de que, después de un buen almuerzo, huele a grasa por todo el apartamento y parece que el olor a fritura se ha impregnado en las cortinas y las paredes. No olvides ventilar mucho al freír, ya sea con una capota o simplemente abriendo las ventanas de par en par.
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