Cultivar pepinos puede producir una cosecha abundante si cuidas las plantas adecuadamente. Uno de los aspectos más importantes del cuidado del pepino es el riego adecuado. Desafortunadamente, los errores en esta actividad pueden reducir significativamente la cantidad y calidad de la cosecha. Te contamos qué no les gusta a los pepinos y cómo y cómo regarlos adecuadamente para evitar que las hojas se pongan amarillentas.

¿Qué no les gusta a los pepinos?

Los pepinos son plantas con unos requisitos bastante específicos que hay que tener en cuenta a la hora de cultivarlos. Sobre todo, a los pepinos no les gusta la sequía porque tienen un sistema de raíces poco profundo que requiere un riego regular y uniforme. Un suelo demasiado seco puede provocar un retraso en el crecimiento y una reducción de los rendimientos. El exceso de agua es tan perjudicial como la falta de ella. El anegamiento constante puede provocar la pudrición de las raíces y el desarrollo de enfermedades fúngicas y mildiú polvoriento, causado por organismos similares a los hongos. Los pepinos necesitan luz solar intensa para un desarrollo adecuado, no les gusta la sombra. La luz solar plena debe caer sobre ellos durante seis a ocho horas al día. El tipo de suelo también influye en el desarrollo de estas plantas. Los pepinos no crecerán en suelos arcillosos y pesados ​​con una reacción demasiado ácida que les impida absorber nutrientes. Lo mejor para ellos es un suelo con un pH de 6,0 a 7,0.

¿Cómo se deben regar los pepinos para producir una cosecha sana y abundante?

El riego de los pepinos debe pensarse y adaptarse a la fase de crecimiento de la planta y a las condiciones climáticas. Necesitan más agua durante el crecimiento y la fructificación, menos durante la floración. Los pepinos se deben regar diariamente y dos veces al día durante períodos de crecimiento intensivo o sequía. Para regar, lo mejor es utilizar agua blanda y sin gas a temperatura ambiente, porque estas plantas sufren fácilmente un choque térmico, que inhibe su crecimiento. Como todas las plantas, los pepinos se riegan por la mañana o por la noche. Esto es para evitar que las hojas se quemen durante el calor del mediodía y la rápida evaporación del agua. Se vierte agua justo debajo de la raíz, lo que evita que las hojas y flores se mojen, lo que podría contribuir al desarrollo de enfermedades fúngicas. Para que los pepinos produzcan una rica cosecha, puedes cubrirlos con azúcar. Disolver dos cucharadas de azúcar en un litro de agua y regar los arbustos. Basta con hacerlo una vez al mes durante la floración y fructificación.

¿Cómo regar los pepinos para evitar que las hojas se pongan amarillentas?

El color amarillento de las hojas del pepino puede ser el resultado de un riego insuficiente o de la falta de nutrientes adecuados, pero también un síntoma de la primera etapa de las enfermedades fúngicas. La causa más común es la falta de magnesio o nitrógeno, por lo que es recomendable aportarles estos nutrientes. Luego puedes regar los pepinos con estiércol de pollo. En el caso de enfermedades fúngicas, la aspirina común puede ser la solución. Disuelva una tableta en un litro de agua caliente y después de la disolución, diluya la solución con nueve litros de agua fría. Riega los pepinos con aspirina una vez a la semana y sus hojas no se pondrán amarillas. El aspecto de las hojas también se ve afectado por la temperatura del agua. El agua demasiado fría destruirá nuestros cultivos. Lo mejor es regar los pepinos con agua de lluvia.

Los cinco errores más comunes al regar pepinos

Al regar pepinos, se pueden cometer varios errores comunes que provocan menores rendimientos. Aquí están los cinco más comunes:

  • Riego irregular: Las diferencias en el riego del suelo pueden provocar que las plantas experimenten estrés hídrico, lo que provoca que los frutos se agrieten y reduzcan los rendimientos.
  • Riego superficial: Regar sólo en la superficie sin un riego suficiente de las capas más profundas del suelo puede provocar un desarrollo insuficiente del sistema radicular.
  • Regando plantas: El anegamiento provoca la pudrición de las raíces y el desarrollo de enfermedades fúngicas. Se recomienda evitar la creación de charcos cerca de las plantas.
  • Riego al mediodía: Regar las plantas durante las horas más calurosas del día puede provocar una rápida evaporación del agua y quemaduras de las hojas. El mejor momento para regar es temprano en la mañana o al final de la tarde.
  • Agua demasiado fría: Regar los pepinos con agua fría, especialmente en climas cálidos, puede provocar un choque térmico y ralentizar el crecimiento de las plantas.

El riego adecuado de los pepinos es fundamental para una cosecha abundante y sana. Evitar errores comunes y adaptar las técnicas de riego a las necesidades de las plantas sin duda traerá los resultados deseados. Los pepinos, como cualquier planta, son requieren atención y las condiciones adecuadas para crecer, y el riego adecuado es una de las piezas más importantes de este rompecabezas.

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