El ajo se cultiva a menudo en jardines y alféizares de ventanas por una buena razón. Su cultivo es sencillo y la planta en sí poco exigente. Si quieres asegurarte de que los ajos tengan cabezas grandes, conviene prestar atención a algunos detalles. ¿Cuándo y cómo atar el ajo?

El ajo, al igual que las cebolletas y las cebollas, es un ejemplo de verdura que puedes cultivar de forma segura en el jardín de tu casa o en tu balcón. Es de fácil cultivo, aunque esto no quiere decir que no necesite cuidados. Una de las prácticas de cuidado habituales es atar los ajos. ¿Cómo se hace y cuándo se debe hacer para no dañar el cultivo?

¿Qué puedes hacer para conseguir grandes cabezas de ajos? Dos detalles son clave

El ajo de invierno se planta en otoño y el ajo de primavera, a principios de primavera, es decir, en marzo o principios de abril. El ajo de primavera comienza a desarrollarse a finales de mayo o principios de junio, el ajo de invierno unas tres semanas antes. Después de aproximadamente 120 días de vegetación, se puede comenzar a recolectar la primera cosecha. El período de desarrollo de la cabeza es crucial. En ese caso, es necesario prestar especial atención a un riego suficiente. La tierra no debe secarse, así que no te olvides del riego regular. También es importante podar los brotes, es decir, quitar los capullos de las flores.

¿Cuándo y cómo atar el ajo? El momento adecuado es crucial

Una de las formas de aumentar el rendimiento, pero también de mejorar la calidad de la cosecha, es ligar el ajo. Este método ya lo utilizaban nuestros abuelos y no es de extrañar, porque a veces trae resultados sorprendentes. Cuando se atan los tallos, la planta dedica toda su energía a desarrollar y fortalecer los bulbos. Además, el ajo es más fácil de almacenar después de la cosecha.

Una señal de que el ajo está listo para cosechar es el secado y el dorado de las hojas. Suele ser en julio. Es mejor atar el ajo entre 5 y 10 días antes de la cosecha planificada. Es muy importante no hacerlo demasiado pronto. ¿Por qué? La unión hará que las hojas comiencen a secarse, lo que limitará el suministro de nutrientes a los bulbos con el tiempo. Como resultado, en lugar de fortalecerse, la cebolla se seca y comienza a descomponerse. ¿Cómo atar el ajo? Recoge las hojas, envuélvelas a tu alrededor y haz un nudo con ellas. Es bueno hacerlo con guantes.

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¿Quieres que el ajo quede bonito? Plantéalo siempre así.