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Pollo al horno según la receta de la abuela: una versión ligera sin nata es ideal para el verano, con nata para el invierno

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La historia del pollo frito se remonta a tiempos muy remotos, cuando este plato se preparaba principalmente en los pueblos con los ingredientes disponibles. Abuelas y bisabuelas lo cocinaban para sus familias como una comida abundante que saciaba y al mismo tiempo aportaba los nutrientes necesarios.

Gracias a su sencillez y variabilidad, se ha convertido en un plato popular incluso en los hogares urbanos. Cada familia tiene su propia receta, que a menudo se diferencia en pequeños detalles: algunos añaden más hierbas, otros utilizan diferentes tipos de verduras o preparan la carne de forma diferente.

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Fuente: Youtube

La versión veraniega del estofado de pollo es perfecta para los meses más cálidos, cuando las comidas más pesadas son menos deseables. Esta versión utiliza ingredientes frescos de temporada y técnicas de preparación más ligeras para crear un plato sabroso y ligero.

Los ingredientes básicos del pollo de verano incluyen pollo, verduras como zanahorias, guisantes y patatas, y hierbas para añadir frescura al plato. Primero se fríe el pollo en aceite o mantequilla hasta que esté dorado y luego se cuece junto con verduras y hierbas. El resultado es una carne tierna y jugosa que se deshace en la lengua.

La versión de invierno del pollo al horno es más rica y saciante, lo que la hace ideal para los días fríos cuando el cuerpo necesita más energía. Esta versión utiliza nata, lo que le da al plato una consistencia cremosa y un sabor pleno.

El procedimiento de preparación básico es similar a la versión de verano, con la diferencia de que al final se añade nata y se hierve un rato. Además de verduras como zanahorias y apio, a menudo se añaden champiñones, que aumentan la intensidad del sabor del plato.

Este plato se suele servir con albóndigas o pan fresco, que absorben bien la rica salsa.

Para preparar la versión veraniega del pollo frito, empezamos calentando el aceite en una sartén y añadiendo los trozos de pollo, que freímos hasta que estén dorados. Luego añade las verduras picadas como zanahorias, guisantes y patatas y cubre con agua o caldo.

Deja que el plato se cocine a fuego lento hasta que la carne esté suave y las verduras perfectamente cocidas. Al final podemos añadir hierbas frescas como perejil o tomillo, que aportarán frescura al plato.

Para la versión de invierno, comenzamos de la misma manera: freímos el pollo en una sartén hasta que esté dorado. Luego añadimos las verduras picadas y las setas, que cubrimos con caldo. Cuando la carne esté casi blanda añade la nata y deja que el plato hierva brevemente para que la nata espese y combine todos los sabores.

Al final podemos añadir perejil fresco o eneldo, que le darán un toque final al plato. Sirva con albóndigas o pan fresco, que complementan perfectamente la salsa cremosa.

Los chefs modernos suelen adaptar esta receta tradicional a las tendencias actuales y a los ingredientes disponibles. Por ejemplo, en la versión de verano, en lugar de las clásicas zanahorias y guisantes, pueden utilizar calabacines, pimientos o judías, que aportarán una nueva dimensión al plato.

La versión de invierno se puede enriquecer con varios tipos de setas como rebozuelos o setas porcini, que realzarán su sabor. Sin embargo, es importante respetar el procedimiento básico de preparación y prestar especial atención a la calidad de los ingredientes, que son la base de un plato exitoso.

Es importante prestar atención a la estética a la hora de servir el pollo cocido. Un plato bellamente decorado con trozos de carne, verduras de colores y una salsa deliciosa puede deleitar no solo el paladar, sino también la vista.

Agregar hierbas frescas o una pizca ligera de queso parmesano también puede realzar el sabor y crear una hermosa impresión visual. La versión de verano combina bien con ensaladas ligeras o pasteles, mientras que la versión de invierno se puede servir con guarniciones más pesadas, como albóndigas de patata o patatas al horno.

El pollo al horno es más que un simple alimento: es una tradición que une a generaciones y brinda alegría tanto al cocinar como al comer. Ya sea que decidas preparar una versión ligera de verano o una abundante versión de invierno, puedes estar seguro de que este platillo será un éxito y se convertirá en una parte favorita de tu menú familiar. No lo dudes y prueba esta receta tradicional, que te llevará un trozo de la cocina checa directamente a tu mesa.

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Fuente: toprecepty.cz

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.