La pasta de pistacho es una excelente adición a panes, panqueques, gachas y postres y puede reemplazar con éxito la mantequilla de maní o las espumas de chocolate menos saludables. La pasta de pistachos no sólo es deliciosa, sino también saludable y puede ser consumida por diabéticos y personas a dieta.

pasta de pistacho, también conocido como mantequilla de pistacho, es una sabrosa y saludable «untable» que se elabora rallando y moliendo nueces sin cáscara. Para preparar la pasta, conviene elegir pistachos frescos, sin sal y crudos, que antes de molerlos se deben asar en el horno a una temperatura de 180 grados. El objetivo de este proceso es conseguir un sabor y aroma más profundo de las nueces.

Extiende los pistachos para que no se toquen y ásalos durante 5 a 7 minutos aproximadamente. Pasado este tiempo, puedes retirar la bandeja, dejar enfriar las nueces y luego proceder a triturar.

¿Cómo hacer pasta de pistacho casera?

Primero, los pistachos se muelen hasta convertirlos en harina, pero después de unos minutos la grasa comienza a coagularse y combinarse con las nueces en polvo. Esto creará una pasta de pistacho suave, que debe tener una consistencia bastante líquida.

Si quieres que la pasta quede muy dulce, puedes añadir un cubito de chocolate blanco, que previamente derrites al baño maría. Si prefieres una versión más seca, puedes añadir un poco de aceite de oliva aromatizado.

Pistachos: nutrientes

La pasta de pistacho no sólo es sabrosa, sino también saludable gracias a los nutrientes que contienen las nueces. Los pistachos son las nueces del árbol pistacia vera (verdadero pistacho), que probablemente proviene de Oriente Medio y pertenece a la familia de las piedras. Son una muy buena fuente de proteínas vegetales, pero no olvidemos que también son calóricas: su valor energético es de aproximadamente 560 kcal por 100 g de producto. Sin embargo, los pistachos tienen un índice glucémico bajo (IG= 15).

Los pistachos son una gran fuente de vitaminas y minerales, especialmente vitamina B1, B6, C, E, K, fósforo, potasio, manganeso, cobre, hierro, zinc y magnesio. También contienen luteína, carotenoides, flavonoides, ácidos fenólicos, fitoesteroles y antocianinas. Gracias a la presencia de estos ingredientes los pistachos son muy positivos para nuestra salud. Los estudios han demostrado que pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluida la presión arterial alta, las enfermedades coronarias y los accidentes cerebrovasculares.

Gracias a la presencia de polifenoles en los pistachos, tienen un fuerte efecto antioxidante y antiinflamatorio, reducen la sensación de hambre y, gracias a su bajo índice glucémico, pueden ser disfrutados por diabéticos y personas a dieta. Sin embargo, hay que tener cuidado con la cantidad de frutos secos consumidos: los nutricionistas recomiendan aproximadamente entre 15 y 30 g al día.

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