Alguna vez se encontraba a menudo en los jardines, hoy en día algo olvidado. ¡Qué vergüenza! La mermelada, la jalea y la compota de grosellas son auténticas delicias. Si queremos disfrutar de ellas cada día, no está de más cultivar grosellas en nuestro jardín.
Estos arbustos frutales son sumamente fáciles de cultivar y siguiendo unos sencillos trucos podremos disfrutar de cestas enteras de fruta cada verano.
Las grosellas están regresando
En la ola de volver a las raíces y redescubrir sabores olvidados en la cocina, las grosellas poco a poco van ganando popularidad y regresando a nuestros huertos y jardines. Esta es una tendencia positiva teniendo en cuenta el gran valor nutricional y vitaminas que aporta esta fruta.
Un pequeño arbusto de forma densa y hojas pequeñas se cultiva en dos variedades básicas: verde y roja. Distinguimos varias variedades, desde la atractiva y duradera Resistencia, pasando por las grosellas chinas e indias, hasta las dulces grosellas de la variedad Niełościowski.
Para que el arbusto dé abundantes frutos conviene seguir unas sencillas reglas para su cultivo y cuidado. Empecemos por la correcta plantación de grosellas.
¿Cómo plantar grosellas?
Si recién estás comenzando tu aventura en el cultivo de grosellas, debes elegir el momento y el lugar adecuados. Las plántulas jóvenes prefieren temperaturas moderadas, por lo que vale la pena plantarlas en primavera u otoño.
Los arbustos de grosella espinosa crecen mucho mejor en lugares bien iluminados. También es importante la preparación adecuada del suelo: aflojarlo, agregar abono y asegurar su pH ácido.
Cuidado de los arbustos de grosella.
Las grosellas deben regarse con regularidad para que no se sequen ni se desborden. Una vez al año enriquecemos el suelo en el que crecen los arbustos con abono o fertilizante especial.
Podamos los arbustos a principios de primavera, mientras retiramos las ramas dañadas. El corte regular evita que la grosella crezca libremente, proporciona suficiente iluminación para los brotes y rejuvenece el arbusto.
Además, conviene desyerbar y fertilizar los arbustos periódicamente y protegerlos de enfermedades y plagas con las medidas adecuadas. No olvidemos apoyar las grosellas cultivadas en el tronco. Estos arbustos bien cuidados florecen maravillosamente en primavera y en verano recolectamos de ellos cestas llenas de frutas.
