En invierno, el tiempo en la calle es impredecible y los zapatos suelen estar expuestos a la humedad, lo que provoca daños. Afortunadamente, existen formas sencillas de protegerlo para que no se moje.
La regla principal es aplicar una capa protectora sobre los zapatos limpios y secos, tratando cuidadosamente las costuras y pliegues por donde el agua se filtra más rápidamente. Puede utilizar impregnaciones especiales o remedios caseros, pero también existen métodos domésticos asequibles.
En primer lugarpuedes limpiarte los zapatos con leche y luego con un trozo de patata cruda.
En segundo lugarpuedes frotar tus zapatos con vaselina sin aditivos.
Tercero, aplique aceite de oliva o de nueces con un cepillo de dientes. Esto le dará a los zapatos un aspecto hermoso y los protegerá de la humedad.
¡Todos estos productos son más baratos que las impregnaciones y no menos efectivos! Sin embargo, no importa qué método elijas, ayudarán a que tus zapatos sean resistentes al agua y más duraderos en climas fríos.
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