Las patatas son una parte integral de la cena eslovaca, pero no todo el mundo sabe prepararlas adecuadamente. No estamos hablando de técnicas de cocina complejas, sino de un paso sencillo que, a pesar de su aparente importancia, es muy importante. Este es el momento de añadir sal al agua.

Salar el agua de las patatas no es imprescindible y algunas personas se saltan este paso. Sin embargo, la mayoría de las personas no pueden imaginar alimentos sin sal y darle sabor al agua. Y en esta etapa a menudo cometen un error. ¿Sabes cuándo debes añadir sal? ¿Es mejor añadirlo en agua fría o caliente? Te lo explicaremos en un momento.

Un error común que comete mucha gente al cocinar patatas es añadir sal desde el principio. No se debe poner en agua fría. Este pequeño error puede tener consecuencias inesperadas. No sólo aumenta el tiempo de cocción, lo que se traduce en mayores facturas de gas o electricidad, sino que también puede dañar el acabado de la olla de acero inoxidable.

Las marcas de arcoíris en los platos son una señal de que la sal empieza a actuar sobre el acero inoxidable. Como resultado, los alimentos cocinados en una olla de este tipo pueden quemarse y adherirse excesivamente. En casos extremos, la olla puede incluso empezar a oxidarse.

Entonces, ¿cuándo deberíamos añadir sal a las patatas hervidas? El mejor momento es cuando el agua empieza a hervir. Un procedimiento así no sólo reducirá el tiempo de cocción y se traducirá en menores facturas energéticas, sino que también ayudará a mantener nuestras ollas en mejores condiciones durante más tiempo.

¿Puede este simple cambio en nuestros hábitos culinarios realmente marcar la diferencia? Ciertamente si. La sal es fundamental para realzar el sabor de los alimentos y aportarnos los electrolitos necesarios, pero su uso requiere cierta reflexión. Saber el momento adecuado para añadir sal a las patatas es una parte pequeña pero importante de una cocción adecuada.

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