Es posible que los tenga en su patio trasero y no tenga idea: la demanda es enorme, valen una fortuna.
La trufa blanca es la «rey» entre las trufas y se desarrolla en simbiosis con raíces de roble, avellana, álamo y haya. También crece en primavera pero madura sólo en otoño, y los frutos pueden tener un diámetro de hasta 12 cm y pesar hasta 500 g, aunque suelen ser mucho más pequeños.
La pulpa es de color crema pálido o marrón con una textura de mármol blanco. Es difícil de encontrar, porque su hábitat es salvaje y no se puede cultivar artificialmente. Además de las condiciones específicas de cultivo, las trufas tienen un aroma único, que se obtiene de una mezcla de lluvia y tierra virgen, que confiere un encanto especial a cada plato. Además de su valor gastronómico, las trufas son sumamente saludables.
Lo que más llama la atención es su precio, que oscila entre los 2.500 y los 4.500 dólares el kilo, aunque algunos ejemplares se han vendido por cantidades muy superiores: en diciembre de 2014 se encontró una trufa récord en la región italiana de Umbría. con un peso de 1, 89 kg, que fue comprado en la subasta de Sotheby’s por un vertiginoso millón de dólares.
Cuando se le preguntó dónde crecen estos hongos, Dragan Banovacki de la Asociación Lisičarka respondió que la trufa blanca prospera en las cuencas de los ríos. Informó que los precios de las trufas negras rondan los 70 euros el kilo, mientras que las trufas blancas de primera clase, con la forma correcta y en buen estado cuestan «sólo» 800 euros el kilo.
Milošević destaca que, lamentablemente, la trufa serbia no tiene marca propia y que la asociación aboga por que la trufa ocupe su lugar en el mercado.
«La nuestra es como la ‘trufa croata de Istria’. Por eso el Ministerio de Agricultura redactó reglamentos y podemos elogiar al Ministerio de Agricultura, que fue el único que escuchó, pero todavía no están en ese ámbito, están en el ámbito de procesamiento», dijo, señalando que la Asociación intentó establecer una bolsa de valores y solicitó que se regulara este campo.
Además de en Srem y Mačva, las trufas también son apreciadas en Deliblatska Peščara, en las montañas Kosmaj, Rudnik y Oplenac, en Obedska Bara, en los bosques de Crni Lud y Senajska Bara y cerca de los ríos Bosut y Lug.
