Consejos útiles

Este error común puede provocar intoxicación. se trata de lechuga

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Los científicos prestan atención al envenenamiento causado por la presencia de la bacteria E. coli, que ingresa a nuestro estómago junto con las verduras que comemos. ¿Cómo evitar esto y qué recordar? Analizamos.

Este es un problema que a menudo vuelve a aparecer, especialmente cuando hace más calor afuera. Para evitar tirar la comida, solemos colocarla en el frigorífico. Sin embargo, no todos los productos deberían estar ahí y, lo que es más importante, a menudo olvidamos cómo la presencia de un alimento puede afectar al resto. Por eso, antes de recurrir a la lechuga, conviene conocer algunos datos.

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Intoxicación por vegetales: ¿dónde guardar la lechuga?

Solemos meter las verduras en el frigorífico, es natural, pero no a todas les gusta quedarse mucho tiempo ahí. Especialmente si se acumula humedad en el recipiente porque el desagüe está obstruido sin que se note o el equipo se enfría de manera desigual. Los tomates son un ejemplo sencillo de cómo pierden sabor al dejarlos a bajas temperaturas durante varios días. Por eso, la mejor solución es dejarlos en la encimera lejos de la ventana, en lugar de tirarlos al frigorífico con el resto.

Los pepinos, por el contrario, tienen lo contrario: el aura cálida hace que el agua presente en ellos se evapore rápidamente, volviéndolos marchitos y esponjosos. Los pimientos también resisten mejor el frío. Y que hay con ?

Bueno, los científicos analizaron la cuestión del almacenamiento de hortalizas de hoja. Resulta que las bacterias que lo provocan se acumulan en su superficie. Y es más, son verduras. Los investigadores observaron la lechuga romana, la lechuga de hoja verde, las espinacas tiernas, la col rizada y la col gallega conocida como berza. Y luego los almacenaron a tres temperaturas diferentes: 4, 20 y 37 grados centígrados.

Para evaluar el potencial de supervivencia y crecimiento del patógeno, los investigadores tuvieron en cuenta factores que influyen en la susceptibilidad de los productos a la contaminación. Es decir, las propiedades fisicoquímicas de las hojas.

Resultó que el mayor potencial de crecimiento de la bacteria E. coli se logró a temperatura ambiente en la superficie de la lechuga romana y de hoja verde. Autores de la Universidad de Illinois también lograron determinar que la presencia del patógeno era mayor en los lugares donde el vegetal estaba dañado. Además, los análisis muestran que la adhesión, supervivencia y multiplicación de las bacterias están influenciadas por la rugosidad de las hojas, el tamaño de los estomas y la temperatura.

Aunque también se encontró en la col rizada y el repollo, su cantidad fue menor. Los investigadores destacan que este tipo de verduras se pueden procesar térmicamente, por lo que el riesgo de intoxicación es menor, pero la lechuga se come cruda, por lo que hay que tener especial cuidado.

Es importante no sólo guardarlo en el frigorífico, sino también limitar su contacto con otros alimentos para no propagar el patógeno. No se debe guardar en papel de aluminio, ya que esto aumenta la humedad y puede provocar daños y multiplicación de bacterias. Una buena solución también es limpiar la lechuga en agua fría, secarla y ponerla en un recipiente especial con un colador que cierre bien.

Lavar “lavado”, no te equivoques

Resulta que el problema de la presencia de la bacteria E.coli en la superficie de las verduras de hoja, especialmente la lechuga romana o las espinacas, se conoce y observa desde hace años. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades señalan que estos dos vegetales se asocian comúnmente con brotes de E. coli.

Después de que se observaran 40 brotes provocados por la presencia de E. coli en Canadá y Estados Unidos entre 2009 y 2018, se recomendó implementar medidas preventivas, que se centraron, entre otras cosas, en mejorar la calidad del agua utilizada para el cultivo. Y todavía se están llevando a cabo acciones preventivas en este ámbito.

Sin embargo, los productos que se ofrecen en el mercado pueden resultar perjudiciales si no cuidamos una correcta higiene. Esta regla también se aplica a los productos envasados ​​y marcados como lavados y listos para comer. Hace algún tiempo, Sylwia Panek, química que enseña a vivir una vida sana y ecológica, mencionó este tema.

Pues señaló que estaba en paquetes con ensalada de maíz, lechuga, rúcula, etc. Puede haber bacterias E. coli. Así lo confirmaron al menos 150 personas en Gran Bretaña que se intoxicaron tras consumir este tipo de productos y creyeron que no era necesario volver a lavarlo.

Vale recordar que un ambiente ligeramente húmedo, hojas adicionalmente limpias y altas temperaturas, problemas de almacenamiento o transporte inadecuados pueden contribuir a la multiplicación de patógenos, por lo que independientemente de la información contenida en el empaque, conviene enjuagar bien la lechuga y otras verduras antes. comiendo.

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.