Consejos útiles

Examinaron la composición de los cereales para el desayuno. Pesticidas y sustancias cancerígenas.

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Los cereales para el desayuno son una opción bastante común. Una comida rápida sin pérdida de tiempo ni esfuerzo extra. Pero ¿sabemos siempre lo que comemos? El laboratorio independiente Öko-Test comprobó el contenido de los cereales para el desayuno.

Esta es una comida muy importante, sobre todo si estamos muy activos mental o físicamente durante las próximas horas. En una palabra, nuestro cuerpo necesita combustible; desafortunadamente, a veces las mañanas están llenas de prisas y al final no comemos nada o tomamos cereales. Esta solución no está nada mal, siempre que sepamos lo que comemos.

Segundo desayuno

Cereales para el desayuno comprobados con el test Öko. 48 productos bajo el microscopio

Comer cereales está totalmente bien. No tiene sentido demonizar esta forma de desayuno. Sin embargo, es importante evitar siempre que sea posible azúcar añadido, jarabe de glucosa-fructosa, colorantes u otros aditivos. Sin embargo, resulta que puede haber otras trampas esperándonos que desconocemos.

El laboratorio comprobó si la espelta, el mijo moreno, el trigo sarraceno y los alimentos multicereales, populares entre niños y adultos, son seguros para la salud. Para ello, probaron hasta 48 productos diferentes disponibles en el mercado. Los resultados mostraron que hasta 23 de ellos merecían una calificación de «muy buena».

Desafortunadamente, los 25 restantes no pueden recomendarse como alimentos seguros. Sin embargo, la atención de los investigadores se centró especialmente en nueve productos que, en su opinión, no pasaron las pruebas en ningún aspecto.

Criticamos especialmente el mayor contenido de acrilamida, ingredientes de aceites minerales y residuos de pesticidas. – explican los científicos.

Los especialistas destacaron que lo llamativo es que los productos vendidos por marcas reconocidas fracasan. No suena bien, pero quizás la solución sea utilizar productos ecológicos con certificados y sujetos a normas de cultivo o producción más restrictivas.

Acrilamida en cereales para el desayuno. Peligroso para la salud

En la producción de cereales para el desayuno se utilizan granos que aún no han germinado y a los que se les ha quitado la cáscara. Se enrollan y se asan. Los expertos señalan que la temperatura de procesamiento es crucial, porque cuando la temperatura supera los 120 grados, se formará asparagina (el componente básico de las proteínas vegetales y los azúcares naturales).

Los autores de los análisis señalan que cuando el tostado se realiza a 175 grados o más de esta temperatura, el nivel de acrilamida aumenta significativamente. Esta sustancia ha sido clasificada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como «».

Desafortunadamente, ese no es el final. Las investigaciones han demostrado que se han encontrado sustancias nocivas en los cereales para el desayuno, a las que se cree que tienen propiedades mutagénicas y cancerígenas.

También se constató la presencia de glifosato, un herbicida, aunque está permitido en cultivos, pero que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) lo cataloga como «probablemente cancerígeno». Las pruebas de laboratorio también mostraron que otra sustancia estaba presente en los cereales para el desayuno: la deltametrina. Se trata de una neurotoxina utilizada en la lucha contra los insectos, que ha sido clasificada como «altamente peligrosa» por la Pesticide Action Network.

Sal, azúcar y vitaminas artificiales.

Los autores del estudio también criticaron la cantidad de sal y vitaminas que se añaden a los cereales para el desayuno. Señalan que el alto consumo de sal contribuye a la aparición y desarrollo, y la adición artificial de vitaminas hace que éstas no puedan ser absorbidas de forma natural, como ocurre con una dieta sana y equilibrada.

También se prestó atención al contenido de azúcar de los cereales vendidos. Los investigadores señalan que los propios cereales contienen azúcares naturales, por lo que endulzarlos no es la mejor idea. La prueba encontró que algunos copos tenían 3 g adicionales de azúcar por cada 100 g de producto, y otros incluso 12 g por 100 g.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda limitar el consumo de azúcar. La dosis diaria para adultos no debe exceder los 50, preferiblemente 25 gramos. Dado el omnipresente azúcar que se presenta en diversas formas, es fácil exceder su dosis diaria. Por eso, como no todo se puede ver a simple vista, conviene al menos leer las etiquetas y evitar los productos endulzados con fructosa, sacarosa, etc.

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.