La situación del control del glifosato muestra mucho más que un fallo: las cosas no van nada bien y el descubrimiento es inquietante.
A pesar de la aprobación y las garantías de las autoridades europeas sobre el uso de glifosatoel debate y la controversia sobre los riesgos asociados con este controvertido herbicida continúan persistiendo.
Ahora llegan noticias de Francia que merecen atención. Finalmente se publicó un informe sobre el glifosato, ocho años después de su redacción. Este documento había sido solicitado y posteriormente ocultado por la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria, Ambiental y de Salud en el Trabajo (ANSES), más allá de los Alpes.
El informe, de 2016, se centraba en la genotoxicidad de los productos que contienen glifosato, es decir, su capacidad para dañar el ADN y provocar mutaciones potencialmente cancerígenas.
Sorprendentemente, aunque el estudio ya estaba a punto de finalizar, la ANSES decidió «taparlo» sin dar ninguna explicación. Esta decisión representa un hecho sin precedentes en la historia de la agencia.
Glifosato, tantas cosas que están mal
Sólo después de una batalla legal librada por el periódico francés Le Monde, la ANSES decidió hacer público el informe, aparentemente en favor de la «transparencia». Sin embargo, la publicación tardía generó dudas sobre la decisión de la agencia de mantener en secreto información crucial durante tanto tiempo.
La publicación tardía de un informe sobre la genotoxicidad del glifosato por parte de ANSES en Francia ha generado inquietudes y dudas sobre la evaluación de la seguridad de este herbicida.
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El informe destaca deficiencias en las pruebas utilizadas para evaluar los efectos genotóxicos del glifosato y recomienda la inclusión de pruebas más extensas, como la “prueba del cometa” in vivo. Sin embargo, la metodología europea sólo requiere dos pruebas in vitro, sin la prueba del cometa.
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Esto plantea dudas sobre la integridad y confiabilidad de las evaluaciones de seguridad del glifosato. Aunque la autorización europea para el glifosato se renovó recientemente por otros diez años, este descubrimiento plantea dudas sobre las implicaciones genotóxicas del herbicida.
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Una organización ecologista francesa, Générations Futures, condenó la publicación tardía y pidió que se suspenda la autorización europea del glifosato a la espera de los resultados de nuevas pruebas. Pese a ello, no está claro si este nuevo documento será suficiente para influir en las decisiones sobre el uso del glifosato en Europa.
