Cocina

¿Has vuelto a hornear más de lo que puedes comer? ¡No importa! Aquí se ofrecen consejos sobre cómo almacenar correctamente los restos de pasteles navideños.

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¿Cuánto duran realmente las galletas navideñas? ¿Se pueden almacenar durante más tiempo?

son una parte integral de las vacaciones más hermosas del año. Al fin y al cabo, ¿qué sería de la Navidad sin pan de jengibre, galletas Linz y otras delicias? Alguien hornea sólo pasteles secos, otros también varios postres cremosos. Pero, ¿sabes cómo conservar correctamente las galletas y durante cuánto tiempo se pueden consumir sin riesgo para la salud?

La vida útil de las cookies depende en gran medida del tipo específico y del método de almacenamiento. En principio, cada tipo de bizcocho debe conservarse por separado para conservar su aroma y sabor típicos. Veamos los tipos de repostería navideña más habituales y qué hacer con ellos si sobran.

Cómo almacenar correctamente tipos individuales de pasteles navideños

galletas de linneo

Las galletas Linn y pasteles secos similares (por ejemplo, galletas de jengibre, patas de oso o panecillos de vainilla) generalmente pueden durar aproximadamente una semana o dos en un lugar fresco y oscuro, aunque muchas fuentes dicen que mucho más. Si las galletas están rellenas de mermelada o crema, son más propensas a estropearse. La nata siempre acorta la vida útil de las galletas, por lo que estos productos deben consumirse lo antes posible, idealmente en unos pocos días.

También puedes congelar las tartas y te durarán unos 6 meses. Sin embargo, lo ideal es congelar pasteles sin decorar, porque diferentes coberturas no combinan muy bien con la escarcha.

Si has hecho más masa, también puedes guardarla. Durará entre 2 y 3 días en el frigorífico y seis meses en el congelador.

Galletas secas rellenas de crema y decoradas

Las galletas decoradas con varias cremas tienen una vida útil más corta precisamente debido a la crema y los distintos aderezos. Lo ideal es consumirlos en 2-3 días. Estas galletas no caben en el congelador, ya que las cremas normalmente ya no son sabrosas y la decoración general se desmorona con el frío.

Galletas de jengibre

Las populares galletas de jengibre suelen ser el primer pastel que preparamos para Navidad. Algunas amas de casa empiezan a hornearlos con un mes de antelación. De ello se deduce que el pan de jengibre puede durar varias semanas si se almacena correctamente.

También se pueden congelar. Se recomienda consumir pan de jengibre congelado en un plazo de unos 6 meses, pero cuanto antes lo consumas mejor estará garantizado el sabor. Es posible que pierdan la intensidad del sabor más adelante. También deben empaquetarse con mucho cuidado para que no huelan otros olores en el congelador.

Asegúrate de poner siempre las galletas en el congelador sólo después de que se hayan enfriado por completo. Si, por ejemplo, todavía estuvieran un poco calientes por dentro, después de descongelarlos, el interior quedaría desagradablemente blando.

Es mejor no congelar el pan de jengibre decorado con glaseado, ya que el glaseado puede desmoronarse después de descongelarse y el resultado seguramente no será el mismo que el original.

Si tienes galletas de jengibre bellamente decoradas y no tuviste tiempo de comerlas, puedes usarlas el próximo año como decoración, por ejemplo, en el árbol o en arreglos navideños.

CONSEJO: Si no quieres congelar el pan de jengibre, puedes molerlo y utilizarlo para preparar varias tartas de queso o, por ejemplo, un tiramisú inusual con sabor a pan de jengibre. Sin embargo, también puedes utilizar otros pasteles secos a tu gusto. No hay límites para la imaginación.

Prueba el delicioso tiramisú de miel:

Excelente tiramisú, en el que los bizcochos de hojaldre se sustituyen por una fragante melaza. Perfecto…

pasteles sin hornear

Se recomienda preparar las galletas crudas justo antes del día de Navidad, ya que son las más difíciles de consumir. Deben guardarse en un lugar más fresco y consumirse en unos pocos días.

Esto se aplica, por ejemplo, a bolas crudas, a distintos panecillos de crema y a postres como, por ejemplo, panecillos parisinos y similares.

Existe el riesgo de sufrir problemas estomacales si se consumen más tarde y especialmente si las galletas no se han conservado en un lugar suficientemente frío. Porque las natas suelen contener huevos y mantequilla, que se echan a perder con relativa rapidez.

Por eso preparamos este tipo de tartas lo más tarde posible y en cantidades razonables.

Otros consejos útiles para guardar tartas navideñas:

– No se recomienda guardar pasteles navideños en el balcón debido a las fluctuaciones de temperatura. Las heladas y, posteriormente, las altas temperaturas son fluctuaciones que pueden favorecer el deterioro de postres especialmente cremosos.

– Los recipientes de vidrio herméticos son muy buenos para guardar galletas secas. Los de plástico también funcionarán, pero algunos pasteles son simplemente mejores en vidrio. Las latas también son una alternativa aceptable, pero no son tan herméticas, lo que a veces puede acortar la vida útil de los pasteles.

– guardar siempre cada tipo de bollería navideña por separado para que no se mezclen los aromas.

– Siempre ponemos las galletas en recipientes hasta que se hayan enfriado por completo.

– Si el pan de jengibre está duro, puedes poner un trozo de pan fresco o una manzana en rodajas en un recipiente hermético; deben ablandarse.

– No pongas los pasteles decorados uno encima del otro, sino guárdalos en una sola capa para que el glaseado no se rompa y no se peguen.

– Al congelarlas, es necesario envolver las galletas con cuidado, de lo contrario pueden recibir olores del congelador o su consistencia no será buena después de descongelarlas.

– Puedes hornear las galletas rellenas antes, pero espera a llenarlas justo antes del día de Navidad para prolongar su vida útil.

– La mayoría de los pasteles navideños deben conservarse a una temperatura de hasta 5 °C y tener cuidado con las posibles heladas (por eso también el balcón no es un lugar adecuado).

– Es mejor no congelar los merengues, porque tienden a quedar incómodamente blandos después de descongelarlos.

– La tarta de nata o los postres también se pueden congelar. Pero tenga cuidado con los tipos con crema batida: estas cremas tienden a cuajarse en el congelador.

¡Y viceversa! Si ya se han comido todos los productos horneados, aquí hay algunas ideas sobre qué hornear entre las fiestas:

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.