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¿Las verduras congeladas para freír son peores que las frescas? Aquí hay algunos hechos

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En primavera, compramos principalmente verduras en la frutería o en el supermercado local, que de vez en cuando reponemos las existencias. Y esto nos hace menos propensos a utilizar el llamado verduras para freír, es decir, alimentos congelados populares de varias marcas. Sin embargo, ¿es realmente esta solución la mejor para la salud?

son elementos esenciales de la dieta diaria. No sólo por su contenido en fibra, sino también por las vitaminas y minerales que contienen. En invierno recurrimos a los alimentos congelados, y cuando aparecen los primeros productos nuevos en los mercados, compramos productos frescos, creyendo que son mucho más saludables. ¿Qué pasa con los enlatados y refrigerados? Algunos hechos pueden sorprenderte.

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Verduras frescas versus alimentos congelados. ¿Quién gana el duelo?

La época de los llamados La novedad ya pasó, hace tiempo que se comen las primeras hojas de lechuga y acelgas. Y aunque todavía puedes comprar verduras frescas, existe una mayor probabilidad de que estos productos contengan menos fertilizantes. El clima soleado y cálido ayuda a reducir el estrés químico. Por lo tanto, a veces vale la pena esperar un poco y no necesariamente apresurarse a comprar los primeros productos disponibles.

Además de la cuestión de los fertilizantes, también es importante cómo se almacenan y transportan. Como señala «Science Alert», estos dos factores pueden influir en el contenido nutricional de las verduras y frutas frescas. Por supuesto, la cuestión no es dejar de comerlos, sería muy imprudente y perjudicial para la salud. Sin embargo, conviene recordar que no tiene sentido demonizar las verduras congeladas para freír o las frutas que podemos comer durante todo el año.

Como señalan los científicos, en realidad pueden contener mayores cantidades de ciertos nutrientes. Esto incluye minerales como hierro, calcio y magnesio, así como vitamina E y vitamina C. Esto se debe a que las verduras se congelan poco después de la cosecha, por lo que no están expuestas a numerosos factores externos.

A la hora de planificar las compras conviene no sólo limitar la cantidad para evitar desperdiciar alimentos, sino también equilibrar el tipo de productos. En definitiva, no hay un resultado claro en el duelo entre verduras congeladas y frescas. Una buena solución es comer ambos alternativamente. De esta forma, nuestro organismo recibe una gran dosis de fibra y diversos oligoelementos y oligoelementos.

Si no tenemos idea de cómo utilizarlo aparte de sopa, no está de más utilizar diferentes verduras para la sartén. Es un complemento sencillo para la cena o un refrigerio saludable. Se fríen solas y tardan varios minutos. Añadiendo arroz integral o pasta integral, pavo o pollo, se obtiene una comida completa.

Alimentos congelados y verduras enlatadas. ¿Saludable o no?

Como sabemos que las verduras congeladas son tan buenas como las frescas, conviene recordarlo a la hora de revisar el frigorífico de casa. A menudo sucede que cuando planeamos la cena, no nos apetece comer brócoli y no nos durará mucho. Luego es buena idea dividirlo en partes más pequeñas, lavarlo, secarlo y congelarlo en una caja o bolsas ziplock.

Esto lo podemos hacer con cualquier verdura, y si por ejemplo las manzanas o las peras empiezan a marchitarse o están muy maduras, la solución ideal es picarlas en dados y freírlas en una sartén. Añadiendo un poco de azúcar ya tenemos mermelada lista, que sellamos en un tarro, pasteurizamos y guardamos en el mueble de la cocina. También se puede añadir fruta a un desayuno dulce. Son perfectos para acompañar mijo, avena, tortilla o tortitas. Por supuesto, también puedes congelar fruta, sobre todo si tienes más cantidad.

Aunque nos olvidemos de ello, tenemos acceso a conservas vegetales durante todo el año. Su ventaja es el proceso de conservación, que no requiere añadir sal ni otro tipo de conservantes. Aunque puedan contener algo menos, siguen siendo una fuente de fibra y, en el caso de los frijoles, los guisantes y otras legumbres, una valiosa dosis de proteínas.

Cabe mencionar que si bien los productos enlatados son controversiales respecto a la presencia de aluminio, para limitar el ingreso de este elemento a los alimentos los fabricantes utilizan aluminio. Y esto puede ser un problema, porque aunque el nivel de aluminio en sí no será alto, el bisfenol A no es neutro para la salud. Sin embargo, es difícil evitarlo porque también se utiliza para producir juguetes y botellas de plástico.

Así, aunque comer verduras enlatadas puede aportar ingredientes saludables, este tipo de productos no deben ser la base de una dieta basada en plantas. También debemos dejar claro que no debemos raspar la comida de la lata, y al verterla no enjuagarla y no verter el agua en el plato preparado. Los frijoles, el maíz u otros tipos de verduras se deben enjuagar bien con agua corriente.

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.