Hoy en día, muchas personas buscan métodos de rejuvenecimiento que sean menos invasivos que los procedimientos quirúrgicos tradicionales. Una de esas soluciones que se está volviendo cada vez más popular es el masaje facial, que promete resultados sorprendentes sin necesidad de bisturí.

La base de la técnica del masaje facial japonés es una combinación de diferentes técnicas de masaje, que se dividen en profundas y superficiales. Los movimientos de masaje profundo se centran en estimular los músculos faciales. Esto estimula más los músculos, lo que ayuda a fortalecerlos y levantarlos. Como resultado, todo el rostro parece más descansado y más joven.

El masaje japonés es el secreto de la juventud de las mujeres japonesas. Tiene muchos beneficios y funciona de maravilla en la piel.

Los movimientos superficiales suaves tienen como objetivo mejorar la circulación linfática. El sistema linfático juega un papel clave en la eliminación de toxinas del organismo, y su correcto funcionamiento se traduce en una piel más sana y radiante. Al estimular este sistema, el masaje acelera el proceso de desintoxicación de la piel. Además, gracias a la estimulación de la circulación sanguínea, la piel está más nutrida.

Prepara tu piel antes del masaje. Usa un poco de aceite y relájate, luego sigue los sencillos pasos.

Antes de iniciar el masaje facial, prepara tu piel. Limpia tu piel con tu limpiador facial favorito y aplica un suero o crema hidratante. Luego aplica aceite en el rostro, lo que asegurará la suavidad necesaria para el masaje.

Incline la cabeza ligeramente hacia atrás. Aprieta los puños y presiónalos contra tu frente. Continúe empujando y moviendo los puños a lo largo de la línea del cabello hacia las sienes, luego hacia los lóbulos de las orejas y terminando en las clavículas.

Los siguientes pasos son igual de fáciles. Mira el siguiente vídeo para ver cómo se hace.
Junte las manos, pero mantenga los pulgares rectos. Coloque la punta del pulgar derecho debajo de la esquina interna del ojo izquierdo cerca de la nariz. Presione suave pero firmemente y mueva los pulgares hacia la oreja izquierda. Cuando llegue a la oreja, deslice los pulgares por el cuello hasta la clavícula. Repita dos o tres veces en cada lado. También puedes agregar otros movimientos de fortalecimiento según sea necesario.

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