Los japoneses tienen un truco especial para las orquídeas. Gracias a él tienen las cosas más bonitas del mundo.
Si cultivas orquídeas, seguro que ya te habrás encontrado con muchos consejos y recomendaciones sobre qué fertilizantes son mejores para ellas. Quizás también hayas leído sobre los beneficios de la cáscara de huevo.
En las tiendas de jardinería encontrarás fertilizantes destinados a todo tipo de plantas, pero si te fijas en la composición de estos productos, quizás prefieras recurrir a alternativas naturales. Cáscara de huevo como refuerzo natural. ¿Por qué exactamente cáscaras de huevo? Los japoneses descubrieron que la solución nutritiva preparada a partir de las cáscaras puede fortalecer las paredes celulares de las orquídeas, haciéndolas más fuertes y resistentes a diversas influencias externas, como la pudrición de las raíces. El calcio de las cáscaras también ayuda a reducir la acumulación de sales, lo que previene la aparición de clorosis.
Para que los nutrientes de las cáscaras de huevo se liberen rápidamente, es necesario mezclarlos con vinagre. Si simplemente trituraras las cáscaras y las agregaras a la tierra, tardarían mucho tiempo en descomponerse por completo. Sin embargo, el vinagre permite una rápida extracción de calcio y una pequeña cantidad de fósforo.
¿Cómo preparar fertilizante?
En primer lugar, lava bien las cáscaras, tritúralas y caliéntalas ligeramente a baja temperatura hasta que adquieran un color marrón claro. Este paso ayudará a acelerar el proceso de procesamiento. Luego ponlos en vinagre.
Use nueve partes de vinagre por una parte de cáscaras trituradas y déjelas en infusión durante aproximadamente cuatro semanas en un recipiente de plástico sellado. Durante este proceso, se producirá gas, que deberá ventilarse periódicamente para evitar que aumente la presión en el recipiente.
Una vez finalizada la infusión, colar las partes sólidas restantes y diluir el líquido resultante con agua en una proporción de 10 ml por 1 litro de agua. Rocíe las hojas de orquídeas con la solución así preparada dos veces por semana, ya que las hojas pueden absorber mejor los nutrientes.
Más fertilizantes naturales de la cocina
¿Qué otros fertilizantes naturales puedes utilizar para las orquídeas? ¿Sueles tenerlos en casa? Mezcle café negro o té con agua en una proporción de 1:4 y agregue una cucharadita de vinagre de sidra de manzana. Puedes guardar esta solución en un recipiente cerrado fuera del frigorífico durante aproximadamente una semana y utilizarla una vez al mes para regar las plantas. Las orquídeas te deleitarán con su fresco color verde y su abundante floración.
Una vez al mes también puedes regar las orquídeas con agua en la que cocinaste arroz o patatas, pero no debe estar salada. Esta agua contiene calcio, potasio y agua de arroz, así como vitamina B, que favorecen la frescura de las hojas y una floración más abundante.
Si desea evitar las enfermedades del moho, a las que son propensas las orquídeas, puede utilizar leche de vaca normal. Mezcla una parte de leche con cuatro partes de agua y utiliza esta solución una vez al mes como prevención.
El crecimiento adecuado de las orquídeas requiere una proporción equilibrada de nitrógeno, que favorece el crecimiento de tallos y hojas, fósforo para el desarrollo saludable de las raíces y potasio, que favorece la floración. La leche contiene todos estos nutrientes, incluido el amargo.
Es importante no fertilizar en exceso
Si tiene dudas sobre si sus orquídeas no están sobrefertilizadas, enjuague el medio para macetas una vez al mes para eliminar el exceso de sales. Mira cómo se comporta la planta. Si ves depósitos blancos en la superficie del sustrato, raíces negras o puntas de hojas marrones, probablemente hayas sobrefertilizado las plantas.