Lavar es una de las tareas básicas del hogar. Aunque no lo hagas todos los días, definitivamente lo haces al menos una vez a la semana. Quizás te sorprenda saber que no todo el mundo sabe cómo utilizar correctamente las cápsulas de lavado. Y no se trata de meterlos en uno de los compartimentos del detergente, aunque ya han ocurrido historias así.

Cápsulas para lavar son muy cómodos y muy fáciles de usar. No es necesario dosificarlos ni pensar en qué compartimento deben ir. Simplemente mételos en el tambor de la lavadora y enciende el programa adecuado. El resto sucede por sí solo. Sin embargo, resulta que aquí también hay un problema.

En el peor de los casos, un uso incorrecto de las cápsulas puede dañar la lavadora, pero son situaciones extremas. Por lo general, el resultado es ropa insuficientemente lavada o enjuagada. A la larga, esto puede resultar desagradable. Normalmente culpamos al electrodoméstico, pero el motivo puede ser mucho más banal. Y la culpa es de nuestro lado.

Antes de meter la cápsula en la lavadora, es buena idea leer la información del envase. Allí aprenderás a utilizar el detergente y para qué tipo de lavado está destinado. Por ejemplo, el fabricante no recomienda el uso de cápsulas para lana, seda o prelavado. Sin embargo, la cosa no termina ahí. Resulta que el orden también es importante. Si primero metes la ropa en el tambor y luego metes la cápsula, estás cometiendo un error. Se debería hacer al revés.

Para que la cápsula se disuelva bien y llegue a toda la ropa, primero debes meterla en una lavadora vacía. Nos pondremos la ropa más tarde. Hasta ahora, muchas personas no tienen idea de esto y lo están haciendo mal.

También vale la pena fijarse en la dosis recomendada. Por supuesto, las cápsulas no deben estar partidas, pero en ocasiones puede ser necesario utilizar dos trozos. Todo depende de la cantidad de ropa, la dureza del agua y el grado de contaminación.

No olvides guardar las cápsulas de lavado en un lugar seco y fresco, protegido de los niños y las mascotas. Muchos de ellos irritan la piel y pueden provocar graves daños en los ojos. Tenga cuidado al usarlos y lávese bien las manos antes de lavarlas.

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