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Nunca comas después de este tiempo, cada vez corres un grave riesgo

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Hay hábitos que necesariamente serán correctos en nuestra vida diaria, como los relativos a la merienda a una determinada hora del día..

Los hábitos diarios representan el 50% del éxito de una dieta, junto con una alimentación equilibrada compuesta por todo lo que nuestro cuerpo necesita.

Sin embargo, aún hoy muchas personas tienen este hábito que anula parte del trabajo realizado para intentar perder peso y más. De esto se trata específicamente.

Presta atención a tus hábitos durante tu dieta.

Como hemos tenido oportunidad de explicar en varias ocasiones, cuando nos disponemos a seguir la dieta o si queremos recuperar el equilibrio diario, lo primero que debemos hacer es corregir varios malos hábitos.

Un ejemplo práctico para entender lo que decimos, no en vano, viene marcado por los horarios en los que realizamos los principales pasos del día para los que debemos permanecer siempre dentro de las siguientes franjas horarias: el desayuno a tomar a las 8.30 de la mañana , almuerzo a las 13.30 horas y cena a las 20.30 horas.

Ciertamente esto no termina aquí, porque en este caldero también hay otro mal hábito que necesariamente debe corregirse para evitar nuevamente cualquier peligro para nuestro cuerpo.

Nunca comas después de este tiempo.

Algunos estudios científicos han demostrado que muchas personas comen bocadillos durante la semana, quizás después de las 11 de la noche, y luego se van a dormir inmediatamente después de los peligros que corren cada vez.

Esta es una acción errónea que también se comete durante la dieta, seguros de que ese snack en concreto puede ayudarnos a suplir una carencia y quizás hacernos dormir mejor en las siguientes horas.

Un error desde todo punto de vista, ya que comer después de las 23 horas desencadena una larga serie de mecanismos en nuestro organismo que pueden tener consecuencias realmente peligrosas, como la reactivación del metabolismo durante la noche para la digestión, lo que perturbará nuestra fase REM del sueño. Además, también podemos encontrarnos con otras molestias como una actividad cardíaca excesiva que puede desencadenar sufrimiento. No es casualidad que los expertos hablen de este hábito como el punto de partida para favorecer la aparición de enfermedades cardiovasculares.

Finalmente, los alimentos introducidos en nuestro organismo en esta franja horaria posterior a las 23 horas se vuelven especialmente difíciles de digerir, por lo que aumentan la posibilidad de ganar peso, activando la función del cortisol que dificulta la digestión.

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.