Cocina

¡Nunca pensarías en esto! Un truco poco conocido para conseguir carne jugosa, entonces ¿por qué todo el mundo lo hace al revés?

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El asado profundo es la forma más popular de preparar la carne. De esta forma conseguimos que quede crujiente, pero muchas veces a expensas de la jugosidad. Sin embargo, existe una patente sobre cómo mantener las mejores características sin renunciar a nada.

Prueba el horneado opuesto

Este es el llamado horneado inverso. Y aunque suene un poco misterioso, vale la pena conocer más sobre este método. El dorado inverso es excelente para filetes y se usó originalmente para este tipo de carne. Sin embargo, esto no significa que no puedas utilizar este sensacional método con tu pollo favorito. Si disfrutas de una corteza crujiente y un centro tierno, esta patente no te decepcionará.

El método de asado invertido requiere un poco más de tiempo y requiere más tiempo que la preparación tradicional de la carne. Sin embargo, el resultado merece la pena. El resultado no es sólo una mejor estructura, sino también un mejor sabor.

¿Cómo invertir el horno?

El secreto está en que primero horneamos previamente la carne a una temperatura relativamente baja y solo después comenzamos a hornearla. Primero, mete el filete o el pollo en el horno a una temperatura inferior a 150°C y caliéntalo a 60-65°C. Luego sacamos la carne del horno y la cocemos en la sartén.

Antes del primer calentamiento, es bueno frotar la carne con especias o marinarla. Además, conseguirá un sabor más intenso y profundo. Si te gustan las comidas picantes, puedes condimentarlas nuevamente antes de freírlas.

Otra ventaja de este método es que es menos probable que la carne se queme o se fríe de manera desigual. Si se pone carne cruda en una sartén, es posible que quede cruda en algunos lugares o que comience a quemarse si se expone al calor durante demasiado tiempo. Con la fritura invertida se acorta el tiempo en la sartén, por lo que este problema prácticamente no existe.

El secreto de una carne perfecta: presta atención a estas cosas

Parecería que asar carne no es difícil. En realidad, sin embargo, muchas personas cometen errores que les complican la vida y pueden destruir incluso el plato de exhibición. Lo primero es tapar la sartén. Esto no se debe hacer porque la carne pierde su textura crujiente y se vuelve gomosa.

El segundo problema es el frecuente giro de la carne asada. No facilita la preparación de la comida y tampoco sirve de nada. Al contrario, sólo aumenta nuestra carga de trabajo.

También es mala idea presionar la carne en la sartén con una espátula. No lo hagas.

Además, no olvides asegurarte de que la sartén y la grasa estén calientes antes de ponerles la carne. De lo contrario, la comida puede resultar excesiva para nosotros.

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.