Consejos útiles

Para el corazón, la digestión, la belleza. Añade algo más que requesón primaveral y recargarás tus pilas

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Solía ​​ser un sabor de primavera muy esperado y apreciado. Incluso los niños lo masticaban, aunque algunos evitaban la piel afilada. Hoy en día está algo olvidado y, en ocasiones, se asocia con quesos de desayuno ya preparados. Es una lástima, porque su sabor característico amenizará cualquier sándwich aburrido o ensalada insulsa, y ofrece muchos beneficios para la salud.

El sabor picante y específico del rábano es el resultado de la presencia de compuestos de azufre en él. Estos tienen un gran efecto en los apéndices de la piel, es decir, el cabello y las uñas, pero no sólo eso. Sin embargo, las verduras no son los únicos tesoros.

Puede parecer tan pequeño y discreto, pero el rábano es un competidor feroz que realmente puede hacer mucho. Dale una oportunidad.

Rábano: ¿vale la pena comer rábano?

El rábano aumenta el apetito

Es posible que esta característica de un tubérculo saludable no atraiga a las personas que quieren perder peso, pero no es así.

Tiene sólo 14-16 kcal por 100 g, bajo índice glucémico y mucha fibra. Debe ser utilizado por personas que padecen diabetes y desean mejorar el funcionamiento del sistema digestivo, especialmente cuando sufren de estreñimiento y, según la medicina popular, el apetito aumenta especialmente en quienes lo necesitan.

Por ejemplo, gracias al contenido de aceite de genciana, esta discreta verdura tiene un efecto estimulante sobre los procesos digestivos. Al mismo tiempo, reduce el exceso de ácido en el estómago, previene la indigestión y ayuda en la lucha contra el reflujo, que se manifiesta por una desagradable sensación de ardor alrededor del esófago y el esternón.

Recuerda que controlar el peso no se trata de pasar hambre, sino de comer productos nutritivos, y el rábano es uno de ellos.

Rábano: por qué es bueno para la salud

Probablemente asocies la energía principalmente con los azúcares. Así es, pero nuestras fuerzas vitales, las baterías internas, necesitan diversos combustibles, principalmente vitaminas y minerales. Encontrarás muchos de ellos en los rábanos.

Además de los compuestos de fibra y azufre mencionados anteriormente, tiene mucho potasio y vitamina C, pero también aportará vitaminas del grupo B, provitamina A, calcio, fósforo y zinc.

Favorece la función hepática y tiene un efecto colagogénico y colerético, lo que resulta útil en diversas dolencias del sistema digestivo, alivia la indigestión y los problemas relacionados con la flora intestinal anormal.

Las personas que padecen hipertensión deben consumir rábano, ya que ayuda a regular la presión arterial. Previene la anemia y ayuda a mantener las células jóvenes por más tiempo (gracias a la vitamina E y las antocianinas).

Puedes probarlo si tienes tos persistente, porque la medicina alternativa puede actuar como expectorante.

Rábano: cuidado con esto

Elija verduras que no estén demasiado grandes porque son menos sabrosas y menos saludables. Elija racimos con hojas de color verde intenso. Su color amarillento puede indicar una alta concentración, que en exceso puede incluso ser patógena.

Por supuesto, las hojas marchitas también pueden deberse a que están rancias, pero ¿por qué necesitamos verduras viejas mal almacenadas?

Las personas con enfermedades pancreáticas, úlceras, síndrome del intestino irritable y cálculos de fosfato no deben comer rábanos sin consultar a un médico.

Tenga en cuenta que los rábanos a veces cambian el sabor de la leche materna y el bebé no quiere comerlos. Por lo tanto, vale la pena acordar la dieta de las madres lactantes con una asesora en lactancia y observar atentamente las reacciones del bebé.

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.