¿Pelar las verduras en el caldo? La respuesta es clara: así quedará mucho más pronunciado y tendrá mejor sabor.
¿Vas a preparar un caldo casero y te preguntas si es necesario lavar las verduras? Aunque parezca poca cosa, incluso este detalle puede afectar el sabor y aspecto final de tu caldo. En el siguiente artículo aprenderás cuándo se pueden cocinar verduras con piel y cómo proceder correctamente para que el caldo quede sabroso y claro. También descubrirás cómo utilizar prácticamente las cáscaras y sobras de verduras para preparar caldo casero.
Cuando se dice, probablemente todo el mundo sepa de qué se trata. Este plato, que no sólo en los hogares eslovacos pertenece al clásico dominical, no puede prescindir de carne de alta calidad y de diversos tipos de verduras.
Aunque a primera vista no parezca difícil, cocinar un buen y sabroso caldo a veces supone todo un reto. Mucho depende no sólo de las materias primas utilizadas, sino también del orden de los distintos pasos.
Uno de ellos es la preparación de verduras para caldo. ¿Sabías que algunas verduras ni siquiera tienes que pelarlas y puedes cocinarlas incluso con la piel?
Peelings llenos de vitaminas
Es un hecho bien conocido que muchas sustancias valiosas de las verduras y frutas se encuentran ocultas en la piel o justo debajo de ella. Y ese es uno de los motivos por los que podemos utilizar verduras en el caldo incluso con piel.
Las zanahorias y el perejil, que forman parte inseparable del caldo, no es necesario lavarlos. Simplemente corte ambos extremos y frote bien el resto con un cepillo para eliminar toda la suciedad.
Lo mismo ocurre con la cebolla, que aunque no todo el mundo la pone en el caldo, sí que es parte frecuente del mismo. Siéntete libre de añadir la cebolla entera, incluso con la piel. Mucha gente conoce el truco de teñir huevos de Pascua con piel de cebolla. Este efecto también se reflejará en su caldo: tendrá un hermoso color dorado.
Lo ideal es añadir al caldo verduras con su piel si sabes que son productos sin pulverizar ni fertilizar químicamente. Es decir, de tu propio huerto o de un cultivador certificado. Las verduras de calidad ecológica también son una opción.
Si depende de verduras normales de la tienda, puede ser más seguro quitarles la cáscara. Del mismo modo, si crees que las verduras están muy sucias (por ejemplo, demasiado embarradas) y no quieres correr el riesgo de que la tierra entre en el caldo, es mejor utilizar zanahoria o perejil ošúpaÅ¥.
¿Cortar o no cortar?
Algunas personas cortan las verduras en el caldo en trozos más pequeños, otras las añaden enteras. ¿Cómo es correcto? Básicamente, si pensamos cocinar el caldo durante más tiempo, es bueno añadir verduras enteras. Esto evitará que se desborde y se enturbie el caldo.
A veces pasa que nos olvidamos de las verduras y las añadimos al caldo para más tarde, así el guiso nos quedará más corto. Entonces, por supuesto, podría ser una buena solución cortarlo en trozos más pequeños para que tenga tiempo de cocinarse lo suficiente.
Los restos no tienen por qué ser un desperdicio
Si no le gusta la idea de poner verduras sin pelar en un caldo y prefiere pelarlas, es posible que le interese un consejo para seguir utilizando dichas cáscaras.
Eso sí, hay que limpiarlas a fondo y puedes utilizar no sólo la piel sino también los esquejes y la pulpa de las verduras. Corta todo en trozos pequeños y guárdalo en un recipiente en el congelador. Con el tiempo, acumularás una buena pila que servirá para un nuevo propósito.
Poner todo junto en una olla y llevar a ebullición. Agrega un poco de sal, pimienta negra y hierbas al gusto, o incluso restos de carne (si los tienes a mano). Cuando el caldo empiece a hervir, bajamos la temperatura y cocinamos a fuego lento durante varias horas. La cocción lenta es importante.
Cuando el caldo esté listo, escurrimos y dejamos enfriar. Puedes utilizar el caldo así preparado y enfriado como base para salsas o para la preparación de diversos platos en su caso. Se puede guardar en el frigorífico, donde durará varios días, o puedes guardarlo directamente en el congelador.
caldo casero
Muchas amas de casa preparan caldo con conchas o incluso con trozos de carne. Es realmente sencillo y cualquiera puede hacerlo. Basta con verter el caldo enfriado en un molde para hielo y espolvorear en cada cubo un poco de sal, hierbas o especias secas y unas gotas de aceite de buena calidad (por ejemplo, de oliva). Déjelo congelar y, si es necesario, agréguelo a la sopa u otro alimento donde se necesite caldo.