Después de un refrescante baño, es agradable envolverse en una toalla suave y perfumada. Sin embargo, ¿qué pasa después? Mucha gente tiene la costumbre de dejar una toalla húmeda colgada en el baño. Sin embargo, esto es un error, porque en tales condiciones la toalla no tiene la oportunidad de secarse por completo, creando un ambiente ideal para las bacterias. En este artículo veremos por qué no conviene dejar toallas en el baño y cómo secarlas adecuadamente para evitar olores desagradables y problemas de salud.
¿Por qué las toallas huelen rápido?
¿Sientes que tus toallas empiezan a emitir un olor desagradable al poco tiempo? Quizás estés cometiendo errores a la hora de guardarlos o secarlos. El problema más común es dejar toallas en el baño, que muchas veces está húmedo y mal ventilado. Si el baño no tiene ventana, no podrá ventilarse adecuadamente. La humedad, el calor y las fluctuaciones de temperatura favorecen el crecimiento de moho y bacterias, que se contagian fácilmente a las toallas y, por tanto, a la piel. Esto no sólo reduce la sensación agradable después del baño, sino que también puede provocar problemas de salud.
El efecto de las toallas mojadas en tu piel.
Mucha gente piensa que las toallas no se ensucian porque nos limpiamos con ellas después de una ducha limpia. Este mito debería disiparse de inmediato. La piel muerta permanece en la toalla después de cada uso y las condiciones de humedad en el baño fomentan el rápido crecimiento de bacterias y moho. Además, si las toallas están colgadas unas cerca de otras y compartes el baño con otras personas, la situación empeora aún más.
Las toallas que no se secan adecuadamente pueden provocar irritación, enrojecimiento o erupciones en la piel. Incluso pueden contribuir al empeoramiento del acné o al aumento de la producción de sebo en el cabello. Por eso es importante cuidar adecuadamente las toallas.
¿Cómo secar adecuadamente las toallas?
Si tienes un radiador especial con lamas horizontales en el baño, también puedes secar allí las toallas, pero solo si las extiendes de manera que no se superpongan entre sí. De lo contrario, lo mejor es secar las toallas en la secadora del balcón o del jardín en un día soleado. Si el clima o la estación no son favorables, se recomienda llevar las toallas a una zona seca fuera del baño.
Nunca arrugues ni arrojes las toallas en un rincón, deben estar lo más extendidas posible para acelerar el proceso de secado. La misma regla se aplica a las alfombras de baño mojadas, que también deben secarse periódicamente fuera del baño.
Mantener las toallas en óptimas condiciones.
Además de los olores desagradables y la contaminación bacteriana, el almacenamiento y secado inadecuados de las toallas provoca un desgaste más rápido. Las toallas que están constantemente mojadas pierden su suavidad, se vuelven ásperas y disminuye su capacidad para absorber agua. Los cambios frecuentes de toallas pueden resultar costosos, pero se pueden evitar con los hábitos adecuados.
¿Con qué frecuencia debes lavar las toallas?
No espere hasta que la toalla tenga un olor distintivo. La frecuencia con la que debes lavar las toallas depende de la frecuencia con la que te duches. Para el uso diario, conviene lavar las toallas al menos dos veces por semana. Si utilizas toallas de mano y compartes baño con otras personas, se recomienda cambiarlas cada dos días.
En breve:
El cuidado adecuado de las toallas es la clave para su longevidad y su salud. No los dejes húmedos en el baño, ya que esto favorece el crecimiento de bacterias y moho, lo que puede provocar olores desagradables y problemas en la piel. Seca las toallas en una zona seca, fuera del baño, y lávalas periódicamente para mantener su calidad y frescura.