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Qué embutidos puedo comer si estoy a dieta: cómo elegir inteligentemente sin renunciar al sabor

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¿Es posible comer embutidos aunque estemos siguiendo una dieta? Y si es así, ¿cuáles podemos probar?

Las carnes curadas son una categoría de alimentos. muy amplio y diversificado, caracterizado por un alto contenido en sal, grasas y, en algunos casos, también de conservantes alimentarios. Esto los convierte en un alimento problemático a incluir en una dieta hipocalórica, cuyo objetivo es perder peso y mantener un estilo de vida saludable.

Pero no todos los embutidos son iguales. Algunos de ellos, si se consumen con moderación, también pueden encontrar espacio en una dieta hipocalórica. La clave es conocer las diferencias nutricionales entre los distintos tipos de embutidos y saber elegir los que mejor se adaptan a tus necesidades dietéticas.

En general, los embutidos se preparan carne, grasa y, a veces, incluso despojos, procesados ​​de tal manera que se prolonga su vida útil y se les confiere un sabor fuerte. Este procesamiento, sin embargo, también implica un elevado aporte de grasas saturadas y sal, elementos ambos que deben limitarse en una dieta hipocalórica.

Consumo excesivo de grasas saturadas de hecho, se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, mientras que el alto contenido de sal puede provocar hipertensión y problemas de retención de agua. Además, precisamente por su alto aporte calórico, los embutidos pueden representar un obstáculo para alcanzar los objetivos de pérdida de peso.

¿Puedo comer embutidos estando a dieta? Opciones para una dieta baja en calorías

A pesar de estas cuestiones críticas, No es necesario eliminar por completo los embutidos de su dieta durante una dieta baja en calorías. De hecho, existen algunos tipos de embutidos que, si se consumen con moderación, pueden integrarse de forma equilibrada en una dieta destinada a perder peso. Los embutidos más adecuados incluyen:

Bresaola: bajo en grasas y rico en proteínas, es una excelente opción.
Jamón cocido y jamón crudo (desgrasado): tienen un contenido de grasa reducido en comparación con otros embutidos.
Pechuga de pollo o pavo asado: La carne blanca es naturalmente más magra que la carne roja.
Bresaola de pollo o pavo: similar a la bresaola, pero con menos grasa.

Estos embutidos, si se consumen con moderación (una vez a la semana aproximadamente) y se incluyen en una de las comidas principales, pueden representar una opción interesante para quienes siguen una dieta hipocalórica sin tener que renunciar por completo al placer de disfrutarlos.

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Cuando se opta por integrar embutidos en una dieta baja en calorías, sigue siendo importante prestar atención a algunos factores:

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Prefiere productos de calidad.posiblemente con marca o con indicaciones sobre la composición.
Evite las carnes curadas con gluten o lactosa añadidos.si eres intolerante.
Consumir las porciones recomendadassin exceder.
Marida las carnes curadas con guarniciones ricas en fibra y bajo en calorías.

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Siguiendo estas precauciones, es posible disfrutar del placer de las carnes curadas incluso durante una dieta baja en calorías, sin comprometer la pérdida de peso ni los objetivos de salud.

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.