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Si haces esto con frambuesas recién compradas, se mantendrán frescas por mucho más tiempo.

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Las frambuesas son una fruta rica en nutrientes que ofrece muchos beneficios para la salud. Son especialmente valorados por su alto contenido en vitamina C, clave para apoyar el sistema inmunológico, mejorar la absorción del hierro y la regeneración general del organismo.

Además, las frambuesas también contienen vitamina B, vitamina K, vitamina E y una serie de minerales como manganeso, magnesio y cobre. Estas vitaminas y minerales contribuyen a la protección contra enfermedades crónicas, mejoran el metabolismo y promueven huesos, piel y cabello sanos.

Además, las frambuesas contienen antioxidantes que combaten los radicales libres, reducen la inflamación y ralentizan el envejecimiento.

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Fuente: Youtube

Uno de los aspectos clave para mantener frescas las frambuesas es el almacenamiento adecuado. Las frambuesas se deben conservar en el frigorífico, idealmente entre 2 y 4°C. Es importante guardarlos en un lugar donde no estén expuestos al flujo de aire directo del refrigerador, lo que podría provocar que se sequen o se dañen.

Si tu frigorífico tiene una zona especial para guardar frutas y verduras, lo ideal es colocar allí frambuesas. Esta zona suele ofrecer humedad y temperatura óptimas para una conservación más prolongada de la delicada fruta.

Baño caliente

La prolongación de la vida útil de las frambuesas se puede mejorar significativamente mediante el método de remojo breve en agua caliente. Este procedimiento es especialmente eficaz para eliminar microorganismos de la superficie del fruto que pueden acelerar su deterioro.

En la práctica, el procedimiento consiste en que primero se separan bien las frambuesas y se colocan sobre una toalla de papel, donde tengan suficiente espacio para secarse sin contacto entre sí. Es importante asegurarse de que los frutos se toquen lo menos posible antes de calentar el agua, lo que ayuda a evitar daños.

Mientras tanto, es necesario calentar el agua a una temperatura específica, que en el caso de las frambuesas ronda los 50 °C. Esta temperatura es ideal para eliminar la mayoría de patógenos superficiales sin dañar la propia fruta.

Cuando el agua alcanza la temperatura deseada, se sumergen las frambuesas en ella durante un breve periodo de tiempo, normalmente 30 segundos. Después de este procedimiento, las frambuesas se vuelven a colocar sobre una toalla de papel limpia, donde podrán enfriarse libremente y secarse.

Este método puede prolongar significativamente el tiempo que las frambuesas permanecen frescas conservando su sabor y textura.

Si esta técnica se realiza correctamente, las frambuesas pueden mantenerse frescas hasta varias semanas más, lo que resulta especialmente beneficioso para los consumidores que quieren disfrutar de esta saludable fruta durante más tiempo. De esta manera también se puede reducir la cantidad de desperdicio de alimentos, lo cual es importante no sólo desde el punto de vista económico sino también ecológico.

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Fuente: nytimes.com, catatable.com

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.