¿Sueñas con un aperitivo inusual pero te falta una idea original? En lugar de recetas complicadas, opte por un clásico con una nueva versión. Hablamos de los calabacines rebozados de mayo, que, servidos en una salsa dulce y con lácteos salados, conquistarán a todos.

Calabacín frito ¿Suena como la especialidad de la abuela? ¡Nada mas lejos de la verdad! Esta deliciosa verdura de temporada solo necesita algunos retoques para darle un sabor increíblemente aromático digno de los mejores restaurantes. ¡En nuestra receta encontrarás sabores dulces y salados que causarán un gran revuelo cuando los sirvas en una reunión de mayo!

Envuelve los calabacines y sírvelos con queso salado. Un aperitivo tan sencillo es un fuego artificial de sabores.

A veces, cuanto más sencillo, mejor. Este principio también se aplica en la cocina, donde resulta que se pueden crear verdaderas obras de arte a partir de ingredientes sencillos, de temporada y baratos. Hoy prepararemos calabacines que se pueden servir de un millón de maneras. Sin embargo, nuestra receta se basa en una simple capa dorada y una combinación de toques dulces y salados.

El sabor único del calabacín se ve subrayado en esta variación por una combinación inusual. Me refiero al queso feta salado, que reina en diversas ensaladas o como guarnición de repostería salada. Pero la cosa no termina ahí, porque el producto lácteo se acompaña dulcemente de miel. Este dúo aterriza en un plato de calabacín crujiente: ¡te dejará sin aliento!

Aros de calabacín crujientes con queso y miel: una receta para un verdadero placer para el paladar

Ingredientes:

  • calabacines anchos,
  • 2 huevos,
  • unas cucharadas de harina de trigo,
  • unas cucharadas de panko (auténtico pan rallado japonés para rebozar y freír) y pan rallado,
  • unos 200 g de queso feta,
  • unas cucharadas de miel,
  • aceite.

Método de preparación:

  1. Lavar el calabacín y cortarlo en rodajas más gruesas.
  2. Pasar los calabacines por harina, huevo batido y finalmente por pan rallado.
  3. Rebozar los calabacines con pan rallado y luego un poco más con panko (pan rallado japonés). Así conseguirás un efecto dorado y crujiente.
  4. Luego tíralo inmediatamente a aceite de oliva bien calentado.
  5. Freír las rodajas hasta que estén doradas y crujientes por ambos lados.
  6. Por último, seca los calabacines sobre papel toalla y sírvelos con queso feta desmenuzado y un poco de miel. ¡Disfrutar!

Artículos relacionados:

Descubre una receta de calabacín a la plancha, que seguro se convertirá en un básico de tu menú de barbacoa

Las pechugas de pollo la aman. Engrasa los filetes antes de cocinarlos y no volverás a hacer nada más