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Dicen que es la «isla de la longevidad». Los centenarios tienen 5 platos tradicionales

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Vivir 100 años de salud es el sueño de muchas personas. En un siglo, el mundo puede cambiar hasta quedar irreconocible, y la curiosidad por el mañana nos hace simplemente querer experimentar todo lo posible. Hay una isla donde vive mucha gente longeva. Resulta que las personas mayores muy mayores comen 5 comidas inusuales.

Imaginemos que tenemos influencia sobre cuánto tiempo viviremos. Suena bien. Contrariamente a las apariencias, es más real de lo que parece. Así que comprobamos qué hacer para vivir hasta los 100 años, y el ejemplo de la isla italiana muestra que la vida cotidiana y las decisiones que tomamos no carecen de importancia.

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En este lugar viven muchas personas de 100 años. Un rincón italiano poco conocido

es el resultado de algo más que buenos genes. Resulta que el número de velas en la tarta de cumpleaños está influenciado por cada día y cómo lo vivimos. El científico italiano, prof. Gianni Pes de la Universidad de Sassari analizó cómo el estilo de vida y la nutrición afectan la longevidad.

Resulta que aquí es donde hay un gran número de centenarios, y además los datos se refieren no sólo a las mujeres, que suelen vivir más años, sino también a los hombres. Junto con un grupo de colegas, analizó información demográfica de 377 municipios de la Cerdeña mediterránea.

Los resultados fueron bastante variados, pero el mayor porcentaje de personas de 100 años se registró en la zona montañosa del interior de esta isla. Estamos hablando de Barbagia, la región salvaje de Cerdeña. Los científicos señalaron que este es un resultado que entre la población masculina tiene uno de los valores confirmados más altos del mundo.

Una receta para la longevidad. ¿Cómo vivir hasta los cien?

Se ha establecido que los sardos son descendientes de ancestros nurágicos del Neolítico. Sobrevivir en tiempos difíciles debido a la escasez de alimentos hizo que los lugareños recurrieran a muchos platos inusuales, como el queso madurado en el estómago de un cabrito, huevas secas y saladas o . Aunque han pasado muchos siglos, todavía hay personas en Cerdeña que consideran estas comidas como un patrimonio cultural y un manjar local. Y esto es importante para su salud y esperanza de vida.

Los estudios han demostrado que la longevidad de los sardos está estrechamente relacionada con sus especiales «platos del hambre». Son nutritivos y su producción dio como resultado bajos niveles de estrés y una mayor esperanza de vida. Además, las prácticas locales de producción de alimentos han dado lugar a fuertes vínculos culturales y han ayudado al pueblo de Cerdeña a sobrevivir a la erosión cultural causada por la industrialización y la modernización. – explican los autores del estudio.

Alimentos de tiempos de hambruna. Delicias de los centenarios sardos

Los platos de hambre, que podrían considerarse simplemente de ayuno y aquellos que implican el consumo de ingredientes simples y naturales, siguen formando parte de la dieta de los sardos a pesar del paso del tiempo. Los científicos enumeraron platos como:

  • abbamel,
  • Señor Carasau,
  • caggiu de cangrejo (Callu de Cabreddu),
  • caracoles,
  • botarga.

Abbamele es un snack que se compone de miel, polen, agua y panal. La mezcla es algo similar a la miel, pero se elabora cocinando rodajas con la adición de piel de limón o naranja. Luego se separan los restos de cera, polen y miel. Se cuece todo hasta obtener una masa oscura y uniforme. El producto así elaborado es rico y tiene propiedades antimutagénicas, antioxidantes y antiinflamatorias.

El pane carasau es un pan de masa madre elaborado con harina de trigo duro, levadura, agua y sal. Curiosamente, se hornea dos veces, lo que significa que pierde humedad y se puede almacenar durante mucho tiempo sin temor a estropearse. Los científicos destacan que gracias a las investigaciones sabemos que la masa madre que utilizaron contenía cepas de bacterias del ácido láctico. Éstos, a su vez, producen conjuntos especiales de péptidos y ácido γ-aminobutírico con efectos antihipertensivos. Además, el pan tradicional sardo tiene un índice glucémico bajo, lo que ayuda a reducir el riesgo de, por ejemplo, diabetes.

Caggiu de cangrejoittu o Callu de Cabreddu, también conocido como cuajo de cabra. Aunque pueda parecer bastante extraño, este queso inusual se elabora a partir de la maduración de la leche dentro del estómago (abomaso) de un cabrito. Todo el proceso dura de 30 a 60 días. Los científicos han demostrado que los abomasos mencionados carecen de bacterias patógenas y contienen una cantidad significativa de especies de bacterias mesófilas (incluidas Lactococcus lactis, Lactobacillus plantarum, Lactobacillus paracasei).

El cuajo también contiene proteasas y enzimas lipasas que liberan ácidos grasos libres (FFA) de cadena corta y media, lo que contribuye al sabor de este queso. Todos estos ingredientes hacen que el queso de cabra sardo ayude a proteger el organismo contra las alergias, favorezca la salud intestinal y tenga propiedades antiinflamatorias.

Otro snack eran los caracoles, aunque en muchos países todavía no se aceptan como alimento, los sardos se complacen en saciar su hambre con ellos desde el Paleolítico. Aunque la presencia de bacterias patógenas fue controvertida, los estudios han demostrado que los caracoles de granja son seguros. Además, son ricos en nutrientes y grasas poliinsaturadas. Los científicos han determinado que la carne de caracol puede prevenir enfermedades por deficiencia de minerales como la ceguera nocturna, la osteoporosis y la hipofosfatemia.

El último plato es la bottarga, que consiste en huevas de mújol secas y saladas. El snack italiano, conocido y apreciado hasta el día de hoy, contiene muchas proteínas, minerales, vitaminas y, lo más importante, ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) n-3. Como sabemos, el omega-3 tiene muchas propiedades valiosas, incluida la reducción de los niveles de colesterol, la regulación de la presión arterial y la reducción del riesgo de trombosis.

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.