Cocina

Grosellas rojas: ¿Cómo congelarlas adecuadamente para que estén disponibles incluso en invierno? Y descubre qué hacer con las ramitas verdes.

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Las grosellas ya se están sonrojando maravillosamente. Ven y guárdalos adecuadamente con nosotros.

Congelar los alimentos es la mejor manera de conservarlos el mayor tiempo posible. Sin embargo, no todo debe estar en el congelador. Hay alimentos que la congelación estropea:

Grosellas saludables para el invierno.

son frutas que son populares no sólo por su sabor, sino también por sus numerosas propiedades beneficiosas para la salud. Aunque saben mejor en verano, sus efectos sobre nuestro organismo son más pronunciados en invierno. Por eso, es bueno congelar las grosellas rojas y sacar fuerzas de ellas durante los meses fríos y sombríos.

Las grosellas rojas son ricas en vitamina C y apoyan perfectamente al organismo en la lucha contra los resfriados o la gripe. También apoyan el sistema digestivo y limpian el cuerpo de toxinas. Puedes añadirlas a cócteles, compotas o postres y darte energía de esta sabrosa forma.

¿Cómo preparar grosellas para congelar?

En primer lugar, a la hora de recoger las frutas, hay que recordar que deben ir al congelador. En lugar de recoger bayas individuales, es mejor recolectarlas junto con las ramitas verdes en las que crecen. De esta forma los frutos aguantan mejor el transporte y se mantienen redondos y no se hinchan.

A continuación, se retiran las grosellas recolectadas y se lavan. Debido a su delicada estructura, se recomienda lavar estos pequeños frutos pieza a pieza bajo un chorro de agua no demasiado fuerte. Después del lavado, las grosellas deben secarse, por lo que es bueno ponerlas sobre toallas de papel y dejarlas un rato en su propia compañía.

¿Cómo congelar grosellas rojas?

La congelación de grosellas rojas se puede realizar de varias formas. La primera es congelar los frutos lavados y secos junto con las ramitas verdes. La segunda forma es congelar las grosellas libres, separadas de las ramitas. En ambos casos los frutos deben estar limpios y secos.

El siguiente paso es esparcir las grosellas sobre tablas, bandejas o platos para que no se toquen entre sí. Esto evita que los frutos se peguen. Mete las grosellas en el congelador durante unas horas y, una vez congeladas, ponlas en bolsas o recipientes y devuélvelas al congelador.

Es mejor consumir grosellas congeladas dentro de los 12 meses. Si quieres utilizarlos en compota, por ejemplo, no es necesario descongelarlos. Simplemente tírelos a agua hirviendo. En otros casos, hay que descongelarlos a temperatura ambiente o en el frigorífico. No olvide que las grosellas una vez descongeladas no se pueden volver a congelar.

La masa madre, el bizcocho, la nieve y la tarta con grosellas agradarán con su frescura (no solo) en pleno verano caluroso:

Fuente: ONP/Edyta Broda ()

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Marina García
¡Hola! Soy Marina García, escritora de arte de la jardinería, amante de la cocina y defensora entusiasta de los consejos útiles.